
El argentino llegó al Madison Square Garden y lo llenó hasta los últimos asientos, algo para nada común en esa época. Fue el primer latino en cantar en el mítico estadio. Su carisma, como el de pocos, conquistó generaciones. A 11 años de su despedida recordamos el final de Roberto Sánchez, Sandro.
Sandro en Nueva York. (Derechos de la foto:Telam)
Roberto Sánchez, más conocido como Sandro de América, o Sandro a secas, había comenzado a fumar a los 10 años, en 1955, cuando un amigo le dijo "hacete hombre". De ahí en más nunca paró hasta sus 53 años. Su esposa Olga Garaventa confesó que en épocas normales fumaba 2 atados por día y en las que trabajaba llegaba a fumar hasta 4.
A pesar de tener el estatus de estrella, y que ya sabemos como se comportan las estrellas, Sandro se definía como un ermitaño. No le gustaba ir a fiestas tumultuosas y rara vez salía a cenar.
Sus placeres se limitaban a pasar tiempo en su mansión de Banfield. Ya los años en los que se movía al igual que Elvis habían quedado lejos.
En 1998 le dieron el diagnóstico que más se temía: un enfisema pulmonar crónico, lo que lo obligaba a llevar un tubo de oxígeno a todos lados. A Roberto esto no le gustaba mucho y por eso trataba de disimularlo poniéndose la sonda abajo del pelo.
Pero al ser una enfermedad que no tiene cura y que avanza cada vez más el cantante necesitaba un doble trasplante: de corazón y pulmones. El que supo ser uno de los ídolos más grandes del continente ahora estaba en la lista de espera del Incucai.
Los meses pasaron y él tuvo que quedarse internado, el lugar que eligió fue el Hospital Italiano de Mendoza. 8 meses después un 20 de noviembre del 2009 le hicieron el trasplante.
El gitano recibió los órganos de un joven de 22 años según informaron las autoridades en ese momento. "La operación fue exitosa per la recuperación va a ser lenta" dijeron los médicos, y si Roberto había atravesado por una durísima intervención.
Los días pasaron y comenzaron a circular rumores de recuperación pero nunca se hicieron efectivos. Roberto había desarrollado una neumonía debido a una bacteria intrahospitalaria.
Lo volvieron a intervenir pero falleció el 4 de enero del 2010 en Mendoza debido a una sepsis generalizada, junto a la última mujer que le sostuvo la mano, Olga.
Y si hablamos de funerales masivos, como el reciente de Diego Maradona, no podemos dejar afuera el de Sandro.
Largas filas se hicieron en el Congreso de la Nación, donde cuatro meses antes ya se había llorado a Mercedes Sosa.
Y así Sandro o Roberto Sánchez, depende de la cara de la moneda que se quiera ver, dejó este mundo y comenzó su leyenda entre los mortales.